

Una de las decisiones más importantes que debe tomar todo conductor es la elección del seguro de su vehículo, ya sea al buscar con qué aseguradora contratarlo o que tan completa debería ser la cobertura. Si bien puede parecer una tarea sencilla, hay ciertos aspectos que deben considerarse para tomar una buena decisión, evitando caer en costosos gastos adicionales a largo plazo. En gran medida, las personas suelen prestar atención únicamente al precio, sin considerar cuestiones de fondo que afectan a la cobertura, y en muchas ocasiones derivan en falencias o perjuicios que terminan saliendo a la luz a la hora de un siniestro.
No comparar diferentes opciones de seguros
Hoy en día, todavía hay personas que optan por contratar el seguro que les ofrece su banco, el que le vende la concesionaria, o manteniendo la misma aseguradora que han tenido durante años, sin cuestionarse por un momento si es la opción más adecuada o la más económica. Es sumamente importante tomarse el tiempo de comparar varias alternativas, por un lado para saber si el precio que se está pagando está alineado con el promedio del mercado, y también para conocer distintas opciones, ya que cada aseguradora tiene distintas políticas, precios y condiciones que pueden funcionar mejor o peor dependiendo las necesidades puntuales de cada persona.
Comparar distintas opciones es de suma importancia para encontrar el seguro que mejor se adapte a cada necesidad. Para este fin, existen herramientas en línea que permiten realizar comparaciones entre distintas aseguradoras, coberturas y precios. Sin embargo, al día de hoy la opción más recomendable es contar con el asesoramiento de un Productor Asesor de Seguros, que no solo puede realizar y simplificar esta búsqueda brindando un mayor grado de detalles y explicado todas las diferencias entre coberturas, sino que además posee un mayor conocimiento del mercado asegurador, como por ejemplo si determinada aseguradora está atravesando problemas económicos o si es cumplidora a la hora de pagar un siniestro. Como si esto ya no fuera un beneficio, contar con este asesoramiento no tiene ningún costo adicional para el asegurado.
Elegir un seguro solo por su precio
Seamos sinceros, la gran mayoría de nosotros al contratar un seguro, lo primero que buscamos es una opción económica. Esto es perfectamente entendible, especialmente si se busca ahorrar dinero, pero elegir un seguro solo por el precio puede terminar resultando en un error costoso. Cuando se comparan coberturas, muchos creen erróneamente que si tienen el mismo nombre, son coberturas iguales. Nada más lejos de la realidad. Existen múltiples diferencias, cláusulas y letras chicas, especialmente entre lo ofrecido por distintas aseguradoras, que el común denominador de los asegurados desconoce, y que los impulsan a tomar una decisión apresurada. Por mencionar algunas, un seguro más barato suele tener coberturas limitadas, exclusiones de cobertura y/o franquicias más elevadas que ponen en riesgo la seguridad financiera del asegurado al momento de un accidente. Al final del día, el seguro no se trata de lo que se paga a fin de mes, sino de qué ofrece a cambio la aseguradora.
Antes de contratar una cobertura es fundamental analizar varios aspectos, como qué uso se le va a dar al vehículo, si se va a guardar en cochera, o cuántos kilómetros se estima recorrer mensual y/o anualmente. Teniendo esto en mente, en lugar de elegir el seguro más barato, es mejor asegurarse que la póliza que se está contratando cubre todos los riesgos más importantes a los que estará expuesto el vehículo, principalmente: daños a terceros, robos, incendios y accidentes, tanto totales como parciales. Además, es interesante saber si la cobertura ofrece un servicio de asistencia 24 horas que, si bien suele ser un servicio básico, puede resolverle un problema al asegurado frente a una emergencia.
"La gran mayoría de nosotros al contratar un seguro, lo primero que buscamos es una opción económica, pero elegir un seguro solo por el precio puede terminar resultando en un error costoso."
No leer detenidamente las condiciones de la póliza
Nuevamente, si vamos a ser sinceros, casi nadie lee con detenimiento todas las cláusulas y condiciones que tiene su póliza de seguros. Son complicadas y están llenas de términos legales que el asegurado no entiende, pero es importante conocerlas ya que acá es donde aparecen las famosas letras chicas, y donde están detalladas las exclusiones y condiciones específicas que el asegurado termina conociendo de mala manera, es decir, cuando necesita contar con su cobertura.
Por ejemplo, algunas pólizas excluyen ciertos tipos de daños como desastres naturales, poseen limitaciones a la cantidad de ruedas robadas en un año, o establecen importes máximos a pagar frente a un determinado tipo de daño. Además, se establecen obligaciones para el asegurado que, en caso de no haber sido cumplidas, pueden habilitar a la aseguradora a rechazar la cobertura, por ejemplo: no informar modificaciones al vehículo que puedan constituir un agravante del riesgo, no realizar mantenimiento preventivo adecuado, o no cumplir con las obligaciones de salvataje en caso de un siniestro.
Es por esto que es vital asegurarse de entender en detalle los límites de la cobertura, las exclusiones, obligaciones y requisitos al momento de hacer un reclamo. Una vez más, es una buena decisión contar con el acompañamiento de un Productor Asesor de Seguros, que esté del lado del asegurado facilitando el entendimiento minucioso de cada detalle de su póliza, y le brinde apoyo ante la necesidad de realizar un reclamo para evitar sorpresas desagradables al momento de necesitar contar el respaldo de la aseguradora.
No revisar la póliza de seguro de manera regular
Otro error muy común es desentenderse completamente de la póliza contratada, sin analizar regularmente que la cobertura esté vigente, cuándo vence y corresponde la renovación, y si es necesario hacer alguna modificación. Por ejemplo, mudarse a otra localidad es algo que debe ser informado a la aseguradora. También cualquier modificación que se le haga al vehículo que pueda suponer una agravación del riesgo, como instalarle equipo de GNC. Incluso si se decide colocar llantas distintas a las originales del vehículo debe ser informado, caso contrario en caso de robo, la aseguradora repondrá el modelo de llantas original del vehículo.
La mayoría de asegurados no saben que su seguro debe ir adaptándose a las distintas circunstancias cambiantes de su vida. Mínimamente, es recomendable hacer esta revisión una vez al año, aprovechando el momento de renovación de la póliza, para informar cualquier cambio que amerite ser mencionado, y adecuar la cobertura a la situación actual de la vida del asegurado.
Conclusión:
El proceso de elección de seguro para nuestro vehículo no debe centrarse únicamente en buscar el mejor precio. Es fundamental tomarse el tiempo necesario para evaluar distintas opciones, entender al detalle qué diferencias hay entre las propuestas seleccionadas, leer cuidadosamente las condiciones de la cobertura, y una vez contratada la póliza revisar con regularidad que siga adaptándose a la situación actual. Para esto es una excelente idea tener un Productor Asesor de Seguros que acompañe tanto en el proceso de selección, como en cualquier gestión o consulta posterior. De esta forma se evita o minimiza la posibilidad de cometer errores que podrían costar mucho dinero, o peor, dejar al asegurado sin cobertura cuando más la necesita.